En 1928, cuando Alexander Fleming en el Hospital St. Marys en Londres estaba estudiando cultivos de bacterias Staphylococcus aureus se enteró que en una de sus cajas de cultivo de bacterias apareció un moho grisáceo, alrededor del cual, en lugar de masas amarillas de bacterias, se observaban zonas en donde no crecían bacterias. Tenían las características del hongo Penicillium Notatum que Fleming llamo "penicilina". Hasta en 1934 Fleming dejo el estudio, entonces los científicos británicos H.W Florey y E. Chain se interesaron por este descubrimiento, reemprendieron el estudio y pudieron crear un método para producir en masa la penicilina. Cuando fue el comienzo de la Segunda Guerra Mundial Europa se vio en problemas económicos y además muchos soldados comenzaron a morir a causa de las infecciones provocadas por las heridas, entonces Europa pidió ayuda a Estados Unidos e hicieron un esfuerzo para producir la penicilina de manera industrial. Terminando la Segunda Guerra Mundial, las campañas farmacéuticas entraron en la producción de la penicilina y además empezaron a buscar otros antibióticos. Ha ayudado a combatir enfermedades infecciosas provocadas por bacterias salvando millones de vidas.
No se sabe qué sería de nosotros ahora sin este gran descubrimiento porque este dio un comienzo a una nueva era en la que se pudo dar control sobre las bacterias, los laboratorios crearon miles de productos para el tratamiento de muchas enfermedades causadas por bacterias. Con el paso de los años todo esto cambio, su uso indiscriminado (automedicación) origino que algunas bacterias se hicieran más resistentes causando más veces el uso del mismo antibiótico o generar otros más eficaces, por eso siempre tenemos que ir con una persona dedicada a esta área para que nos diagnostique y prevengamos esto antes de que sea en todas las bacterias.
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